Los hermanos Grimm, cazadores de cuentos

La magia no empezó en Hollywood

RGS

6/9/20253 min read

Hace poco, la mundialmente reconocida compañía de entretenimiento Disney celebraba el 75 aniversario del estreno de una de sus películas más emblemáticas: La Cenicienta. Este clásico ha marcado generaciones, al igual que otros relatos que han dejado una huella indeleble en la cultura popular mundial. Sin embargo, es importante recordar que, aunque Disney ha hecho suya la magia de estos cuentos, puesto que probablemente ha sido la que mejor las ha representado y adaptado en la historia, no fue la creadora de muchas de estos “cuentos de hadas”. De hecho, los orígenes de algunas de las historias más queridas que nos acompañan desde nuestra infancia se remontan a mucho antes de la fundación de la compañía.

Más de dos siglos atrás, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm decidieron emprender una misión que, con el paso del tiempo, los convertiría en figuras legendarias de la literatura. Su objetivo no era otro que rescatar y preservar los cuentos populares de la tradición alemana, con la esperanza de que no se perdieran en la vorágine del tiempo, además de hacer un estudio sobre la lengua alemana. A través de su obra, los Grimm publicaron relatos que, aunque con diferentes versiones, aún hoy nos emocionan: Hansel y Gretel, La bella durmiente, Blancanieves y muchos más, algunos de los cuales incluso han tenido diversas adaptaciones cinematográficas.

Los Grimm nacieron en la pequeña localidad de Hanau, en el corazón de Alemania, y fueron formados en la Universidad de Marburgo, donde sus estudios sobre la historia antigua de la literatura y el idioma alemán encendieron una chispa en su curiosidad. Este interés los llevó a indagar en las tradiciones orales del pueblo, aquellas historias que habían sido transmitidas de generación en generación, pero que no siempre se conservaban por escrito. Fue el movimiento del Romanticismo el que les dio el empuje necesario para profundizar en este aspecto de la cultura popular, convencidos de que los relatos folclóricos eran fundamentales para entender la literatura nacional y las raíces del alma alemana.

Lejos de ser simples recopiladores de cuentos, los hermanos Grimm actuaron como verdaderos cazadores de historias. Su labor era meticulosa y exigente. Recorrieron aldeas y pueblos, entrevistaron a ancianos y habitantes de la campiña, quienes les contaban las versiones orales de cuentos que a menudo variaban de una región a otra. Sin embargo, su objetivo no era solo registrar estos relatos; los Grimm los transformaron, adaptaron y, en muchos casos, los retocaron, dotándolos de una estructura más coherente y literaria, a la par que preservaban su esencia y su magia.

Lo que comenzó como una tarea académica se convirtió en una de las más grandes herencias culturales que el mundo occidental tiene a su disposición. Los cuentos de los Grimm, lejos de ser simples relatos para niños, son reflejos de las tradiciones, miedos, valores y sueños de una época pasada que hoy representan un legado eterno, un patrimonio que sigue inspirando a escritores, cineastas y, por supuesto, a todos aquellos que siguen disfrutando de la magia que esconden en sus páginas.

Hoy, más de 200 años después, los cuentos de los hermanos Grimm continúan viajando de generación en generación, por lo que ambos hermanos son un símbolo de la importancia de mantener vivas las tradiciones orales y de reconocer que, detrás de cada historia, se esconde una lección valiosa tanto para entender nuestro pasado como para vivir el presente.

PÍLDORA 11: Los hermanos grimm

En esta píldora de "La Voz de Heródoto" te invitamos a un viaje por la historia a través de los cuentos de los hermanos Grimm. Ellos fueron "cazadores de relatos", recogiendo historias del pueblo alemán para salvar del olvido lo que consideraban la raíz de su cultura.

Descubre cómo reescribieron estos cuentos, mostrando que sus versiones originales de historias famosas son más crudas y profundas de lo que imaginas.